Yo conozco a la peor mamá del mundo y seguramente tú también

Yo conozco a la peor mamá del mundo. Seguramente tú también, porque honestamente, quién no conoce a esa mujer.

Es la mujer que se lanzó al abismo de la maternidad sin tener idea de lo que venía para ella, para siempre - sin tener idea de que sus sentimientos y órganos y corazón ya no vivirían dentro de ella, sino fuera de. Que para siempre sentirá miedo, y enemil veces perderá la paciencia, e incontables veces más suplicará por un momento de paz, por una siesta de 15 minutos. La que se cuestionará diario si lo está haciendo bien, si debió haber sido madre, si debería de ser tan difícil… sobre todo cuando de lejos puede parecer tan romántico y fácil.

Pero de pronto hay un par de manitas que te acarician, y una vocecita que te canta, y una mirada que te sigue con ojos de amor a donde sea que vayas y te derrites, y hay algo de esperanza. Esperanza de que no, tal vez no seas la peor… es más, posiblemente seas la mejor.

Y aquí es donde agarramos fuerzas, y donde hay algo de claridad que dice: 

Y te levantas y vives con una fortaleza que puede que normalmente no te caracterice, pero que mientras seas Madre, encarnas.

A todas las madres, a todos y todas quienes han maternado (seguiremos honrando a estos individuos en las siguientes newsletters/blogs), gracias por sentirse los peores… porque por eso son los mejores.

Les mando el abrazo más apretado del mundo, y muchas galletas ;)

-Ana