El señor de los helados
Hace muchos, muchos años conocí al señor de las nieves...
Había logrado conseguir mi primer trabajo en una cocina, un trabajo que cualquiera soñaría tener… en el mejor restaurante de la ciudad. Y no sólo era porque estaba haciendo lo que más me gustaba en el mundo (preparando postres con la libertad de jugar y proponer ideas); Había algo que lo completaba, que hacía que cada mañana llegara con una sonrisota en mi cara. Y es que la compañía, la gente con la que trabajaba en esa cocina era increíble… especialmente el Señor de las nieves, un hermano perdido que encontré.
Enoé es su nombre, el encargado de hacer las nieves y helados más perfectas de la ciudad. Cuenta la leyenda que trabajaba en una Michoacana, y un buen día vio en el periódico una oferta de trabajo para un heladero. Pues habló, llegó, y venció.
Yo hacía postres, él hacía helados.
Nos preparábamos los cafés más increíbles todas las mañanas. Café con vainilla, cajeta, chocolate, especias, galletas, bizcochos, pasteles, mousses… lo que hubiera a la mano. Platicábamos todo el día y soñábamos con hacer un musical en la cocina, con flores en la cabeza, descalzos y brincando de mesa en mesa… en todo momento cocinando. Espiábamos a los locales de enfrente, calculábamos cuantos brownies vendía el negocio vecino y cuantos cigarros se fumaban los ejecutivos de la agencia de viajes también. Platicábamos de Dios, de dinosaurios, de comida y honestamente de cualquier tema posible. Y al final del día, yo probaba sus helados y él mi postre… los desmenuzábamos y los criticábamos, nos aplaudíamos y también los escupíamos si eran horribles. Y nos despedíamos felices para el día siguiente continuar.
Este año busque a Enoé, y le pedí que me compartiera el helado más delicioso de todos los que prepara: el de glorias. Se lo pedí para completar una vez más uno de mis postres.
PASTEL DE CHOCOLATE CON HELADO DE GLORIAS Y CREMA DE EXPRESSO.
Un pastel especial, porque sólo lo venderemos para el día del padre y porque está increíblemente rico. Pero aún más importante:
Un pastel especial por que me permite presentarles a mi hermano Enoé, el mejor heladero de la ciudad.
Por cierto, el restaurante del que platicaba lo conoces…y seguro ese helado también: Pangea.
-Tere.
3 comentarios
Que padre historia!! Me encanta leerlas
Que padrisima historia!!! Disfruto demasiado sus historias!! Las quiero y admiro mucho!! Felicidades
Que buena historia. Gracias por compartir. Los mejores festejos de cumpleaños los realizamo sen Pangea y ahora el postre tiene una cara e historia que seguro voy a compartir con mi familia. Felicidades .