El día más triste del año...
Es cierto - hoy, tercer lunes del año, se considera el día más triste del año. Sus orígenes son dudosos, sin embargo… y aunque al pobre tercer lunes de enero ya se le quemó de esta forma, muchos lo han diagnosticado como pseudocientífico, “desacreditado”, e incluso “una farsa”. Incluso existe una ecuación para haberlo denominado de esta forma en la primer campaña (agárrense):
Creamos o no que es el día del año con más potencial a afectarnos anímicamente, y para mal… yo tengo una solución aquí, y se trata nada más y nada menos de una anécdota simpaticona. Recomiendo leerla con un buen brownie a tu lado:
Era el año 2014. Montacometa estaba aún en su primer hogar, en Tampiquito, donde éramos arrendatarias de un gran espacio para la mínima renta que pagábamos - a demás de esta gran cocina, que adecuamos, había también un patio 10 veces el tamaño de nuestra cocinona… lo cual nos permitía llevarnos a nuestros perrhijos a trabajar.
El protagonista de esta historia, es Chacho (QEPD), el springer spaniel de Tere, que aunque hermoso, siempre hizo lo que quiso (Sorry Tere, se tenía que decir, y se dijo), sin importar las amenazas (siempre sin consecuencias) de su madre. Recuerdo que era una mañana fría, martes, bastante temprano, 8/8:30 am, y Tere ya andaba haciendo de las suyas en la cocina. Chacho la acompañó a trabajar ese día, y se quedó en el patio junto a los demás perrhijos (al menos eso creíamos).
Vayamos a esa cocina - en ese entonces habríamos sido unas 7 personas en el equipo Montacometa. Tres de ellas, reposteras que acompañaban a Tere en ese momento. Estas reposteras ya conocían las mañas de Tere, lo que la hacía reír, lo que la hacía enternecerse, enojar, estresarse… la conocían de pe a pa. Importante mencionarse, pues en ese momento Tere estaba inmersa en corregir una receta que le quitaba la paz, con cofia, chapeada.
De pronto se abrió la puerta con un estrépito, y entró Juanito, el repartidor de agua potable, cargado de dos enormes garrafones. Detrás de él, y sin que se diera cuenta, entró el tremendo Chacho.
Tere se volteó e inmediatamente le entró la desesperación que solamente una madre conoce cuando su hijo no logra seguir instrucciones claras de años, tomó su periódico (de nuevo, pura amenaza) y comenzó a aplaudir y gritar con fuerza:
“Afuera! Fuera de aquí! Ya te dije que aquí adentro no!”.
Chacho metió la cola entre las patas y se esfumó - y detrás de él Juanito, con todo y sus garrafones cargados aún y si tuviera cola, entre las patas la tendría también.
Las risas de ver a Tere corretear a Juanito para explicarle que esos periodicazos no iban para él, las guardaremos por siempre en nuestra memoria.
Cada que contamos la anécdota, le agregamos detalles jugosos (no importa que no sean reales), porque así los recuerdos son mucho más deliciosos… blue monday o no.
-Ana.
5 comentarios
Me hubiera encantado conocer a Chachito!!!
Jajajajajajajajajajaj es algo que jamás se me olvida hahahah, chachó era tremendo a lado de güero que no le hacía nada , pero esa historia es la mejor por siempre ❤️
Ese Chachó recuerdos desde que era bebe.. aquí en la cuadra… el nacimiento de Alex y Pablito…
Me encantan familia ….
Un fuerte abrazo a todas y sus maravillosas creaciones de Montacometa 👍👏👏👏👏
Jajajajajaja ayy nooo!!! Pobre Juanito!!! Atormentado de por vida!!!
Quien sea Ana: ¡gracias!
You always make my day con tus relatos y antojables recomendaciones.
Soy cliente fiel desde su local en Tampiquito y lo seguiré siendo. Soy adicta a su crack pie y demás delicias.