A veces sí lloramos por un mal intercambio.
El intercambio más triste del que me he enterado realmente no me sucedió a mi - le sucedió a mi hermano y su actitud de campeón ante él solamente me hizo amarlo más (y carcajearme cada que lo recuerdo).
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Era Navidad en casa de nuestra abuela Alicia, y llegó la hora de abrir los regalos. Se escuchaba el crujir de envolturas, risas de niños, copas brindando, música navideña, y entre ese caos las miradas de todos se posaron sobre Javier, mi hermano - le tocaba abrir su regalo. Imaginemos un chavo pubertón, alto, flaco, bien buena onda.
Con mucho cuidado le quitó el moño a la caja, rompió la envoltura, levantó la tapa y titubeó unos segundos al ver lo que había dentro. Sus ojos se agrandaron… después sonrió mostrando los dientes y dio las gracias a la tía que se lo había obsequiado: “Gracias tía, me encantó”.
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Puede que lo siguiente ya sea producto absoluto de mi imaginación pero según yo, inmediatamente después medio que desapareció para irse a sentar al sillón más alejado de la sala y perder su mirada en el horizonte. - su regalo: el suéter más anticuado y no deseable para un chavo (ni para nadie).
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Minutos más tarde, hubo algo de alboroto alrededor del pino pues resulta que faltaba un regalo… un regalo para mi abuela Alicia. Mi tía X (llamémosla así para proteger identidades) corrió asomándose entre las manos de cada miembro de la familia hasta encontrar a una figura larga derretida a la distancia y con una caja semi abierta aún en manos: sin querer, le había entregado a Javier el regalo que debió de haber sido para nuestra abuela.
La mirada de Javier se iluminó, se le entregó el regalo que le pertenecía (no recuerdo qué fue pero seguramente fue algo mucho más feliz que ese suéter), y la noche continuó.
-Y yo, sigo admirando su gentileza al dar las gracias por ese suéter de abuela.
Que este año nadie se quede sin regalos que los llenen ;) .
Aquí tenemos muchas opciones.
Les mando abrazos,
-Ana.
1 comentario
Que hermosa reflexión, es muy importante siempre dar gracias por todo. Sobre todo gracias a Dios por darnos a su hijo Jesús que vino a salvarnos.