Hornear Contra Corriente
No es fácil nadar contra corriente.
No es fácil de niños cuando a ti no te gustan los payasos; no es fácil de adolescentes cuando no te gusta la fiesta; y tampoco es fácil al hornear pan. Específicamente, pan de muerto.
Pongamos todo sobre la mesa, antes que nada - el pan de muerto es perfecto así como lo es. Esponjoso, suave, con esa capita azucarada que sabe a abrazo de mamá.
Así que mientras una se deleita sabiendo que existe esa nube comestible perfecta, a la que ni le sobra ni le falta nada...
Es difīcil cuando la expectativa de hoy en día es rellenar y decorar y emperifollarlo.
Entre la espada y la pared, pues tampoco podíamos simplemente vender un pan de muerto más... a Tere se le ocurrió una brillante idea. En un pis pas, le llamó a nuestro amigo Chuy de Benell, quien ipso facto aceptó: haríamos algo juntos este año usando su ya muy amado pan de muerto.

Venía el gran reto: lograr un pan de muerto con un twist que se agradeciera, sin corromper su deliciosa textura. Entra entonces nuestro amigo el ajonjolí - no solamente el negro, sino el caramelizado. Se barnizó un pan de nuestra salsa de toffee, otro de cajeta de Dulces de Linares... y se empanizaron por completo de esa lluvia de ajonjolí.
¿El resultado? Un pan suavecito, con un toque dulce por el toffee y la cajeta... y una capa crocante de ajonjolí. Hermoso, sencillo... y más que delicioso.
Encuéntralo ya en tiendas (u online), hasta el 2 de noviembre.
Nos cuentas.
Abrazo,
ANA
