AMOR EN LOS POSTRES
Comienza febrero, y con él mi cumpleaños, el fin de una década más.
El año que viene 40 serán mis años vividos.
¡Años felices y llenos de amor!
Y hablemos de amor por que es febrero y es justo y necesario. Amor en los postres.
Así lo titulo. Aunque bien podría llamarse amor por el estudio, amor por mi familia, amor por barrer, amor por correr, amor por pasear perros… la lista es infinita.
Y es que, he encontrado el amor en preparar postres.
Me los imagino, los sueño, los describo en una hoja a puño y letra. Los retacho, los apruebo, los preparo y a veces me enamoro, pero a veces no los soporto. Y puede que después de todo el proceso de desarrollar un postre, el fin sea bueno… puede que no.
Lo que amo en verdad es el camino. Imaginarme el postre, investigar e inspirarme en otros pasteleros, llegar a Montacometa con mi café para platicar sobre él. Y una vez que Paty, Isabel y Celeste se emocionan tanto como yo con la simple idea, es hora de disfrazarme ( lo cual me hace súper feliz también), una simple cofia y un mandil… no se necesita más.
Llego a la cocina en donde Meli y el equipo hermoso de cocina trabaja. Me pongo a jugar con gramajes, ingredientes y hornos. Música en el fondo (clásicos de cocina de Spotify), anécdotas de vidas cruzadas. Un proceso a veces de días, a veces de un par de horas. Un proceso que siempre tiene un final, no siempre feliz…. Por que a decir verdad a veces la idealizada de postres no es realmente buena ya que está en mi boca. Llega el fin, y con él siempre una emoción de volver a enamorarme con los sueños de un postre nuevo, de regresar a platicar sobre ellos, de escribirlo, dibujarlo, cocinarlo, y probarlo.
Un amor constante en mi vida. Y es que, creo de todo corazón, que si logramos enamorarnos con las cosas mundanas de todos los días… De nuestro trabajo, de recoger juguetes del piso, de regañar y de aplaudirle a alumnos, de ir a la oficina o a la obra.
Tarareando camino a lo que sea que tengamos que hacer.
Tnn, tn tnnnnnn tnnnnnn. ( tarareando).
- Tere
1 comentario
¡Qué bonito! Ahora ya sabemos por qué cada bocado es especial; se nota el cariño, el amor por lo que hacen. ¡Felicidades!